Una prueba
imprescindible para realizar el diagnóstico de algunos casos. Aporta
informaciones muy beneficiosas y no suele implicar riesgos. La
coronariografía es una técnica que
completa al cateterismo cardiaco. Gracias a ella, el especialista descubre si existen
obstrucciones o estrecheces, su localización exacta, el número de arterias
afectadas o la severidad de las lesiones. Es una prueba imprescindible en
algunos casos, por ejemplo, cuando los fármacos no bastan para controlar una
angina de pecho. Los resultados obtenidos con este método diagnóstico son
claves en la decisión sobre el tratamiento. Al igual que en el
cateterismo, todas las imágenes
se graban para su posterior estudio. La coronariografía tiene muy poco riesgo
para el paciente y le provoca escasas molestias, pero los beneficios derivados
de la información que proporciona son muy altos.